jueves, 23 de agosto de 2012

TODOS SOMOS BUENOS

Estoy pasando unos días en Madrid, ciudad que me apasiona y adoro, aunque a 40 grados se haga menos llevadera. Ayer fui a cenar a Fuenlabrada y tomé un tren. Viajar en tren solo es aburrido, y siempre he pensado que la gente debería hablar más con desconocidos. En el andén, me fijé en mis compañeros de viaje. Había muchas personas solas. Algunas con libros, otros pendientes de su móvil, pero éramos muchos los que íbamos a pasarnos un ratito en ese tren, solos. Y yo me pregunto... ¿Por qué no hablamos entre nosotros? Os juro que en ese momento me moría de curiosidad por conocer la historia de la vida de algunas de esas personas. Me habría encantado acercarme a alguien y decirle "Ey, nos contamos cosas sobre nuestra vida en el rato que dura el trayecto?". No sé si a vosotros os pasa, pero yo siento auténtica curiosidad por muchas personas que me cruzo en mi día a día. Soy bastante extrovertido y alguna vez he intentado hablar con álgún desconocido/a.Casi siempre sale mal. Si es un chico piensa que quiero ligar con él. Si es una chica piensa que quiero ligar con ella. Si es una persona mayor piensa que quiero atracarla. Si es un chavalín jovencito/a los adultos que le acompañan piensan que soy un pederasta.¿Por qué? Cuándo, en qué momento, dejamos de pensar que todo el mundo es bueno y sustituimos esa idea por "la gente es mala" "todos quieren algo de ti" "ve con cuidado, ve con cuidado, ve con cuidado". Como dice Marisa Paredes en "Todo sobre mi madre" (qué inmensa película) "yo siempre he creído en la bondad de los desconocidos". Nos preocupa el dinero, el trabajo y mil cosas más, pero quizá si, al coger un tren, por costumbre, todos los que viajamos solos nos pusiéramos a hablar entre nosotros, todo iría un poco mejor. Si me veis en algún tren, habladme, por favor. Y que os aprovechen los crepes.

martes, 14 de agosto de 2012

MI LISTA DE DESEOS

Una lista de deseos es totalmente necesaria en la vida. Creo que, en general, la gente desea poco. Les da miedo, o no se acuerdan, o les da pereza desear... o, lo más triste de todo, no desean algo por miedo a la frustración provocada por no conseguirlo. Hay que desear, y desear mucho. Os recomiendo que os hagáis una lista de deseos y la tengáis en la nevera, siempre a mano, para ir ampliándola a medida que se os ocurren más deseos.No hagáis distinción entre deseos pequeños y grandes, entre deseos que muy probablemente se cumplirán y otros que son muy difíciles o casi imposibles. No hace falta desear grandes cosas. Se puede desear una camiseta, comerse un helado paseando por un bonito parque, o dar la vuelta al mundo en globo.Yo sí que tengo una lista de deseos, y el motivo de esta nueva entrada en mi blog es contaros uno que pienso cumplir antes de irme de este mundo: Ver la Tierra desde fuera. No os riáis. Ya es posible. Hay gente que lo ha hecho. De momento se necesita una cantidad enorme de dinero, inalcanzable para el 99% de mortales, pero estoy seguro que dentro de 3 o 4 décadas (y yo aún pienso estar por aquí) será asequible para la clase media. Me da igual tener que ahorrar durante una década, yo pienso ver La Tierra desde fuera y experimentar la ingravidez. ¿Sabéis que, lo que llamamos "el espacio", está sólo a 100 km de distancia? Seguro que muchos pensábais que "ir al espacio" era un viaje muy muy largo. Pues no. Ir a la Luna, o a Marte, puede que sí, pero llegar a "el espacio" es sólo cuestión de ir "hacia arriba" unos 100 km, no más. Ya sé lo que haré cuando esté allí, sobrevolando el planeta, sin gravedad: Me voy a llevar un bote de Lacasitos, lo abriré, y todos se esparcirán por el aire. Iré volando y me los comeré uno a uno sin usar las manos, mientras miro por la ventana y veo nuestra pequeña bola azul. De hecho me gustaría llevarme a mi futura mujer (está en algún sitio, lo sé) y hacer el amor en el espacio. No sé si la tripulación de la nave lo entendería, pero ya negociaré que durante un ratito nos dejen a solas. ¿Se puede estar desnudo en una nave espacial? No os riáis, lo pregunto de verdad. Imagináos con vuestra pareja, desnudos, flotando en el aire dentro de una nave, sin gravedad, cogidos de la mano y, literalmente, "volando" y viendo tras las ventanas La Tierra, intentando adivinar qué continente estamos sobrevolando.Eso si es llevar a una chica a las estrellas, verdad?. Pedid muchos deseos. Muchos.

sábado, 11 de agosto de 2012

¿ Y SI NO SIRVE PARA NADA ?

Ya sé porqué nos lo estamos cargando todo. Es culpa del PRAGMATISMO. Todos nos hemos vuelto demasiado pragmáticos e, incluso sin darnos cuenta, miles de veces calculamos los beneficios de algo, las ventajas y desventajas de hacer o dejar de hacer algo, lo que cuesta tal o cual cosa... Me he dado cuenta de que hay muchas cosas en mi vida que, miradas en un sentido estrictamente pragmático, no sirven de nada. Os voy a a hacer una pequeña lista de cosas que, sin "servir de nada", me gustan y me hacen sentir mejor: Mis grandes peones de ajedrez, las espumitas de micrófonos de muchas emisoras en las que he trabajado, mi Betty Boo meciéndose en un columpio, las velas de colores, papeles brillantes para envolver regalos, mi papelera de "chupa-chups" que nunca he usado de papelera, mi ranita meditando que preside mi cocina, todos los imanes (y son un montón) de mi nevera, mi precioso reloj metálico comprado en un pueblo perdido de Estados Unidos que, aunque colocado en una pared, jamás he puesto en marcha.. En fín, podría seguir mucho rato, pero a partir de ahora, cuando conozca a una persona, pienso preguntarle "Cuántas cosas hay en tu vida que, aunque en realidad no sirven de nada, te encanta mirar, oler o escuchar?" Si contestáis que muy pocas, es que sois demasiado pragmáticos. Siempre he pensado que, cualquier cosa que se pueda conseguir con dinero, incluso con muchíiiiisimo dinero... no vale nada. Feliz fin de semana.

miércoles, 8 de agosto de 2012

NO ES LO MISMO

Ya vale de abreviar cosas. Que sí, que yo siempre he dicho que el tiempo es el más cruel de los regalos que nos han hecho los dioses, que deberíamos tomarnos más en serio nuestro tiempo y pensar más a quién se lo regalamos pero... ya vale ! Ya vale de comerse letras y fusilar la ortografía. Que no, que "el porqué de las cosas" no es "el xq de las cosas", que también es también y no es "tb", que mi casa no es una ksa y el mañana no es mñana. Pero, sobretodo, sobretodo... mis besos no son "xoxo". Y es que no es lo mismo. No es lo mismo dar la mano que abrazar, ni sonreir que reirse a carcajadas ni es lo mismo guiñarte un ojo que plantarte un morreo.Ni es lo mismo disimular que te he rozado sin querer que estamparte contra mi, ni da igual tocarte que acariciarte ni es lo mismo hablarte que susurrarte. Así que, en una sociedad donde recortar, ahorrar y disminuir es el pan nuestro de cada día, llamemos a las cosas por su nombre, usemos las letras necesarias, derrochemos vocales y consonantes y si tenéis que gritar gritad, si tenéis que reir reid, si tenéis que besar besad y, por favor, cuando escribáis.... escribid de verdad, y dejad de "skribir".

Nunca digas nunca

Siempre he creído que eso de escribir o leer blogs era una tontería. Y mira por dónde a las 5 de la mañana, en una de esas noches de insomnio, voy y me creo uno. Tengo tendencia a empezar cosas sin pensar demasiado en porqué las hago ni en cómo van a terminar. Mi blog sólo pretende contarle a quien me quiera leer las cosas, grandes y pequeñas, que pasen por mi mente en este mundo que cada día entiendo menos.Lo he titulado "Crepes de chocolate", porque quiero que la esencia de todos mis escritos esté en demostrar que, a menudo, las cosas que nos hacen más felices, son aquellas en las que menos reparamos, aunque las tengamos muy cerca. Pequeñas cosas, nada pretenciosas, que podrían ser nuestras alargando un poco los dedos de la mano, aunque casi nunca lo hagamos por que estamos demasiado ocupados intentando conseguir otras que están más lejos y nos parecen más atractivas, más necesarias. Si cambiáramos nuestras prioridades, si nos parásemos a pensar a veces qué deseamos y por qué lo deseamos, quizá nuestra hoja de ruta cambiaría de dirección. No se puede ser infeliz con un crepe de chocolate en las manos. Quizá comérnoslo sólo nos lleve unos minutos, pero es imposible que durante ese tiempo no nos sintamos felices. A lo mejor este planeta es sólo un gran crepe, calentándose en alguna plancha, y todos los que estamos sobre él sólo somos "toppings", dulces, salados, necesarios o excesivos, que mejoran o estropean el resultado final. Que os aproveche vuestro crepe, elegid bien qué le ponéis por encima. Ah! Importante: Nada de comerlo finamente. Si os zampáis un crepe de chocolate y no os mancháis ni un poquito, es que algo habéis hecho mal.